En este mes de la motivación no podíamos no hablar de este terrible monstruo mental que muchos alimentamos a lo largo de los años: el pensamiento negativo.

Cuando este monstruo toma el control, comienza atacándonos casi a escondidas

Cuando este monstruo toma el control, comienza atacándonos casi a escondidas: un pensamiento aquí, otro allá… En esos momentos tal vez ni siquiera lo veamos ni seamos conscientes de su existencia. Poco a poco sus pullas empiezan a dar en la diana. Nos duelen, nos dañan, minan nuestra autoestima y nuestra motivación y nos roban energía. Entonces el monstruo toma el control de sus conquistas y su ataque se convierte en algo contínuo. Nos lanza dardos envenenados en forma de críticas, pensamientos negativos, dudas y maltrato y con cada uno, se hace más fuerte y más grande.

«Eres tonto.» «Nadie te escucha.» «No vales nada.» «Mejor cállate.»

Este monstruo se alimenta de nuestra alegría. Con cada gota que nos roba, él crece hasta llegar a ocupar casi toda nuestra mente, donde se acomoda y reside a su antojo y voluntad. Y nosotros quedamos apagados y dolidos, sin ansia ni motivación.

El monstruo gana. Nosotros perdemos.

Y sin embargo, hay algo que sí podemos hacer contra él. No es fácil, sobre todo cuando ya es grande y ocupa nuestra mente, pero sí efectivo. Cada vez que escuchemos su voz castigándonos por algo o recordándonos lo poco que valemos, podemos responderle diciéndole que tal vez tenga razón, pero que además de lo que él dice, nosotros somos… y aquí le presentamos algo bueno que seamos o tengamos. Imagínate que el monstruo te insulta, «qué tontería acabas de decir,» tal vez puedas responder, «quizá algunas veces diga tonterías, pero soy una persona honesta e íntegra.» O algo por el estilo.

Todos tenemos cosas que no nos gustan de nosotros, pero también las tenemos que sí nos parecen bien. Ese terrible monstruo se centra en lo negativo, alimentándolo y haciéndolo crecer y quitándole importancia a lo positivo, hasta el punto que nosotros mismos comenzamos a infravalorar lo que de bueno tenemos. La clave consiste en crear un monstruo bueno que luche contra el malo. Utiliza las mismas estrategias que usó el malvado para crecer y asentarse en tu mente. Comienza poco a poco diciéndote cosas buenas: «esa ha estado bien.» «Qué bonitas están hoy mis manos.» «Esto se me da bien.» Aprovecha cada oportunidad para reforzar tus virtudes y habilidades, resaltándolas en tu mente cuando las uses. «¡Bien hecho!» «¡Bien dicho!» «¿Ves cuánto sabes?» Dedícales tiempo. Esfuérzate por encontrar maneras de reforzarlas y usarlas con mayor frecuencia. Busca otras que tengas y hazlas crecer también.

Toma el control

Cuando el monstruo bueno crece, alimentado por tu voluntad y tu esfuerzo, el monstruo malo se encoge y libera espacio en tu mente. Toma el control. Decide tú qué tipo de diálogo quieres mantener. Actúa ahora. De verdad que está en tu mano. No permitas que un diálogo mental descontrolado te haga daño.

Tú mandas.

 

 

Descubre más herramientas en nuestro programa MANEJA TU ESTRÉS Y TU ANSIEDAD

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.